LA LEISHMANIOSIS
(enfermedad transmitida por un mosquito)
Par empezar: si tu perr@ es positivo a Leishmania tómalo con cuidado, ya que un positivo no implica que el animal está enfermo, ya que existe animales que no se sabe por qué tienen contacto con el parásito pero no desarrollan la enfermedad, son positivos pero “no están enfermos”.
¿Pero qué es la LISHMANIOSIS?
Es una enfermedad parasitaria producida por un protozoo, es decir, un organismo unicelular. Este protozoo necesita de un elemento transmisor para pasar de un animal enfermo a otro sano, y este vector es un pequeño insecto, el Phlebotomo o mosca de la arena (llamado incorrectamente mosquito). En resumen, para que se pueda transmitir la enfermedad necesitamos un perro enfermo, que le pique un Phlebotomo y así coja el parásito del torrente sanguíneo, que el protozoo tenga una etapa de desarrollo y que posteriormente pique a otro perro sano y le transmita el protozoo (Leishmania).
Es importante conocer algunas cosas de la biología del Phlebotomo ya que nos ayudará posteriormente en el control de la transmisión de la enfermedad. Estos insectos son principalmente fitófagos, es decir se alimentan de materias vegetales, y son las hembras las que se alimentan de sangre antes de realizar la puesta de huevos. Esto es importante porque la puesta solamente se lleva a cabo cuando la temperatura media supera los 18ºC y nos da una distribución estacional con dos picos de máximo riesgo de infección en primavera y otoño.
No son insectos que vivan en zonas con aguas estancas, sino que viven en sitios con abundante materia orgánica en descomposición (leñeras, vertederos, solares abandonados…). Por último comentar que su periodo de actividad diaria se centra desde el atardecer a media noche.
¿Cómo se si mi perro tiene Leishmania?
Mediante un sencillo test, similar a un test de embarazo y con tres gotitas de sangre se puede saber si tu perro está infectado o no (lo cual repetimos, no implica que esté enfermo)
En el perro la Leishmaniosis tiene tres posibles presentaciones:
• Cutánea, en la que principalmente se aprecian afecciones de la piel como alopecia (calvas), pérdida de la calidad del pelo, sobrecrecimiento de las uñas, úlceras en la piel…
• Visceral, mucho más difícil de ver a simple vista puesto que en este caso se produce una degeneración del hígado y los riñones que llevan a la muerte del animal.
• Viscero-cutánea, que es una mezcla de las dos anteriores y es la forma más habitual.
No debemos olvidar que la Leishmaniosis es una zoonosis, una enfermedad que puede transmitirse de los animales a las personas, pero siempre vía insecto transmisor. Los mayores grupos de riesgo en España son los niños pequeños, los ancianos y en general personas inmunodeprimidas.
Al hacer el diagnóstico, tenemos dos posibles situaciones:
1. Tu perr@ es negativo a Leishmaniosis: enhorabuena, tu perro no ha desarrollado anticuerpos frente a Leishmania y debemos poner medidas para que esto no ocurra. Las posibles medidas no están enumeradas por orden de importancia, y lo ideal es combinar varias porque ninguna es 100% efectiva. Las opciones que tenemos son las siguientes:
1. Utilizar repelentes de mosquitos para evitar que estos piquen a nuestros animales y así no puedan contraer la enfermedad. Podemos usar collares y pipetas adecuadas para esto, cuidado porque no todas son iguales.
2. Vacunar frente a Leishmania: desde principios de 2012 contamos con la posibilidad de vacunar frente a esta enfermedad.
3. Inmunomoduladores: existen en el mercado productos que estimulan la inmunidad del animal frente a esta enfermedad.
4. Controlar el ambiente: poner mosquiteras, poner aparatos repelentes de mosquitos en casa, tener en el jardín plantas como buganvillas y damas de noche que son venenosas para los Phlebotomos, evitar salir en horas de riesgo (atardecer a media noche).
En este caso lo primero que tendríamos que hacer es sacar de nuevo sangre al perr@ para hacer pruebas más específicas y determinar si el animal está realmente enfermo y si existen alteraciones a nivel hepático y renal.
Si tenemos un perro con leishmaniasis:
Para los animales afectados, es importante un tratamiento. Si se sigue a rajatabla y no hay afectación visceral, la esperanza de vida es similar a la de un animal sano.
El tratamiento de un animal enfermo consiste en la combinación de un fármaco que limita la multiplicación del parásito y de otro que lo destruye .
El coste del tratamiento para un perro con leishmaniasis dependerá de cada paciente y de si existen complicaciones que deban ser tratadas. «El riesgo de contagio entre animales sanos y afectados no se incrementa si los perros viven juntos, porque, siempre requiere la presencia de un mosquito que disemine la enfermedad entre perros.»
La Leishmaniasis “sí tiene cura siempre que el tratamiento se inicie en fases tempranas y no haya lesiones graves en órganos internos”, aunque “es importante señalar que difícilmente se llegará a eliminar por completo el parásito del organismo. El perro puede quedar como portador asintomático, o la enfermedad puede reactivarse en el futuro”.